Actividades Internacionales

De traje y zapatillas por Estados Unidos: un viaje de estudiantes hacia el interior de cada uno

25.07.2025

Autor: Facultad de Derecho

Seis profesores, veintinueve alumnos, quince días, seis ciudades, nueve universidades, más de mil kilómetros en combis y un encuentro personal con el Derecho, la historia, la cultura y el otro. Un viaje de traje y zapatillas, formal y distendido y… ¡con mucha caminata!

Un antes y un después. Así de rotundo califican alumnos y profesores de la carrera de Abogacía de la Facultad de Derecho el viaje a Estados Unidos que protagonizaron a fin de mayo y principios de junio. Una experiencia única que, dicen los estudiantes, se ha convertido para ellos en un parteaguas. La metáfora del viaje, tan frecuentada por la literatura universal, se encarnó y dio frutos en cada uno y cada una: un viaje hacia el desafío de uno mismo, hacia la búsqueda, el descubrimiento, el hallazgo del valor como brújula, la claridad de la meta… Levar anclas, desplegar las velas y lanzarse mar adentro, disfrutando del tiempo que lleva lograrlo.

“La intención era múltiple -dice el profesor Franco Melchiori-: en poco tiempo ofrecer a los estudiantes una formación integral, que amplíe sus horizontes y eleve sus aspiraciones. Que descubran nuevas posibilidades académicas y profesionales, y comprendan qué se necesita para crecer y aspirar a nuevos espacios”.


Frente a la Casa Blanca, Washington D.C.

Partieron de Buenos Aires rumbo a la Costa Este de Estados Unidos, con dos etapas bien diferenciadas: la primera, académica, en el In Altum Program, con clases, debates y visitas políticas y culturales, un programa dirigido a estudiantes de distintos países reunidos en el Campus de la Catholic University of America en Washington, D.C. La segunda: la experiencia del viaje, de conocer algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, de reunirse con sus directivos, profesores y estudiantes, de dialogar a fondo en largas horas de caminata, de constatar dificultades y logros, y de reconocerse en esa nueva mirada que fueron construyendo paso a paso. 

En la travesía estuvieron, además de Melchiori, los profesores ⁠Fernando Toller (director de la carrera de Abogacía), ⁠Ignacio de Casas (secretario académico de la Facultad), Paz Miatello (directora de Estudios), Jimena López Montes (coordinadora Ejecutiva de Abogacía) y el capellán Santiago Caucino. En cuanto a los alumnos, viajaron estudiantes de primero a quinto año de Abogacía, de sus dos sedes de Ciudad de Buenos Aires y de Pilar. 

De traje…: In Altum

Seis días intensivos viviendo en un Campus universitario de más de 70 hectáreas, con actividades y conferencias sobre liderazgo, nuevas tecnologías y diversos temas de cultura, economía, filosofía, relaciones internacionales, derecho… Eso fue el Programa In Altum, que reunió en Washington a 70 jóvenes de 20 países, de España a Ecuador y de Estados Unidos a Kenia. Incluyó también recorridas por la ciudad, visitas al Capitolio, a think tanks, a diversos museos y con momentos de encuentro distendido. Además, hubo visitas a las Law Schools de Georgetown University y de Catholic University, donde se pudo conocer a fondo cómo vive y estudia un alumno de Derecho en Estados Unidos. La meta era aunar formación y experiencia, para aportar a los jóvenes una sólida base intelectual, cultural y ética, con miras a apuntalar sus deseos de asumir en el futuro roles de liderazgo con responsabilidad y compromiso.

De visita en el Capitolio, en Washington, D.C.

“Compartimos desayunos en los comedores de la Universidad, donde las palabras flotaban entre los ecos del inglés, el español y otras lenguas, con sus diferentes tonadas”, dice Benjamín Olivera, uno de los viajeros, de San Juan y alumno de quinto año de Abogacía. Y agrega: “Asistimos a misa en la basílica más grande de los Estados Unidos, situada en medio del Campus, donde el silencio hablaba más que las palabras y la fe era un puente entre culturas”.

… y zapatillas: caminar, conocer, compartir

Finalizado el Programa en Washington, empezó la segunda etapa del viaje: una semana de recorrido académico, histórico, político y jurídico por Filadelfia, Princeton, Nueva York, New Haven y Boston. Viajando en las vans o caminando, se fueron enhebrando conversaciones extendidas sobre preocupaciones, sueños, luchas, proyectos, mientras conocían las Universidades de Pennsylvania, Princeton, Columbia, Fordham, Yale, Boston y Harvard. Pudieron interactuar con profesores y abogados locales, y conocer los campus universitarios en general -bibliotecas, edificios académicos, espacios de arte, “dorms”, sector deportivo– y las Law School en particular, donde escucharon de mano de directivos de cada Facultad cuál es la propuesta académica de cada una de ellas y qué buscan al seleccionar y aceptar un estudiante extranjero para un posgrado en Derecho; pudieron conocer cómo aplicar a estos, y tuvieron en Harvard  una sesión exclusiva para dialogar despacio con el conocido profesor Adrian Vermeule. En cada lugar, recibieron los mismos comentarios de profesores y directivos estadounidenses: asombro ante la dedicación de la Universidad Austral a este viaje, al que calificaron de “diferencial”, y la afirmación de que “no conocemos otra universidad que haga algo similar por sus estudiantes”.

También pudieron palpar directamente los lugares que han marcado el origen del constitucionalismo y la historia de Estados Unidos, con la visita en Washington a los memoriales de Jefferson, Lincoln y Martin Luther King o la sala de sesiones de la Corte Suprema en el sótano del Capitolio, el ⁠Independence Hall y el Congress Hall en Filadelfia, lugares que vieron alumbrarse la Independencia, la Constitución y el Bill of Rights… Pudieron ver cómo está vibrando el mundo con los acontecimientos internacionales, al recorrer la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y al visitar la Misión Argentina ante la ONU y reunirse con su Encargado Jurídico. Pudieron visitar uno de los estudios jurídicos más grandes de Nueva York, donde un graduado Austral- Lucas Giardelli – lidera el equipo internacional en su área. Pudieron participar en sesiones con el método del caso con profesores de Boston University School of Law y maravillarse en Harvard con la biblioteca universitaria de Derecho más grande del mundo. Y pudieron vivir momentos perdurables, como jugar un “picadito” de fútbol americano en el Princeton Stadium, recitar poesía entre los edificios góticos del Campus de esa Universidad, divertirse en paseos nocturnos en combi por New York y contemplar juntos el atardecer en el mar en Madison Beach, Connecticut. 

En Filadelfia, Pensilvania, frente al Independence Hall. 

Se llenaron de ideas, pudieron cerrar interrogantes y abrir nuevas incógnitas, experimentar la vida universitaria americana y vislumbrar cómo podría ser un futuro no lejano, estudiando o trabajando en el exterior. Ya decía Séneca en sus Cartas a Lucilio: “ningún viento es bueno para el barco que no sabe a dónde va”. Es necesario conocer el rumbo, tener claridad de propósito, poner dirección, reflexión…. Así, el viaje implica aventura pero también tiempo interno de transformación

“Este viaje nació con el deseo de transmitir en 15 días a los estudiantes lo que a los profesores nos llevó más de 15 años conocer”, dice Fernando Toller, alma mater del viaje y quien ya organizó otro similar en mayo de 2023 en Estados Unidos, y dos más en Europa, en abril de 2024 y febrero de 2025. “Estos viajes han sido ocasión de descubrimiento, transformación y enorme crecimiento. Por eso queríamos mostrarles las prestigiosas universidades de la Ivy League, recorrer lugares de primera línea en el mundo del Derecho, sumarle poesía, deportes, debates, análisis… Compartir valores y disfrutarlo juntos”. 

En diálogo con el Director del LL.M. de Yale Law School, New Haven, CT.

Un punto de inflexión

“Emocionante, intenso, gratificante, inolvidable: así fue el viaje -dice Agostina Monticelli, estudiante de tercer año, de Junín-. Vi un amor gigante en cada una de las personas con las que viajé y es la mejor parte de esta experiencia. Aprendí que con esfuerzo puedo llegar a estar el día de mañana en uno de esos lugares que recorrimos. Valoré mucho más a nuestra Facultad, donde me siento parte de una gran familia”.

“Tuvimos visitas históricas, políticas, culturales, charlas profundas con expertos en varios temas, momentos de reflexión, y la posibilidad de expresar los pensamientos y sentimientos más profundos de cada uno -dice Francisco González Thomas, de San Luis y alumno de segundo año-. Un espacio de crecimiento en todos los aspectos de la vida. Un punto de quiebre. Nos hizo amar más lo que estudiamos, amar más la Universidad en la que estamos y amarnos más a cada uno de nosotros. Fue un incentivo para aspirar a cambiar el mundo, crecer en sabiduría y servir al país”. 

En Princeton University.

“En Boston University nos desafiaron con un caso que ellos habían ingeniado. No solo lo resolvimos perfectamente, sino que los profesores nos felicitaron -comenta Antonia Churruarín, estudiante de segundo año, de Paraná-. En Harvard, fue impactante la charla con el profesor Adrian Vermeule, poder preguntarle en profundidad y experimentar que estábamos preparados para ese mano a mano con él gracias a la base que llevamos de nuestra Universidad. Traje muchos desafíos hacia el futuro y un cambio de perspectiva que me va a ayudar en lo que resta de mi carrera. El viaje muestra la constante voluntad de nuestros profesores y directivos por ayudarnos en este camino para que seamos profesionales de excelencia”.

Entre las nuevas habilidades y perspectivas que traen, está el crecimiento en espíritu universitario, con un compromiso más profundo con el estudio y la lectura, dice Jimena López Montes. “Fue muy gratificante ver a nuestros estudiantes interactuar con expertos y profesores de otras universidades. Todos volvimos mejores”, destaca.

En clase, en la Law School de la University of Pennsylvania.

“Las charlas con los profesores nos permitieron soñar en grande -dice Lucas Czerwonko, también de segundo año-. La visita a un estudio jurídico en Nueva York donde trabaja un egresado de la Austral fue de las experiencias más motivantes del viaje, porque nos hizo entender que uno de nosotros, con las mismas oportunidades, los mismos profesores y las mismas materias pudo estudiar en Harvard y luego trabajar en uno de los estudios más grandes de la ciudad y presente en casi 30 países. También crecí en lo personal y espiritual. En las mejores universidades del mundo, pude comprobar el excelente nivel académico de nuestra Universidad. La Austral une lo mejor de dos mundos: la práctica jurídica y método del caso anglosajona, con una sólida base de estudio teórico de tipo europea. Esto me mostró el privilegio de estudiar acá”.

En la Widener Library, Harvard University.

Volver a inspirarse

La experiencia también fue transformadora para los profesores, y les permitió re confirmar el camino elegido por la Universidad Austral, que la ha llevado a posicionarse alto en el ranking de las mejores facultades de Derecho del mundo. Reafirmar “que vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo a este tipo de experiencias, con un impacto tan fuerte en la vida de nuestros estudiantes -dice Paz Miatello-. Un espacio para volver a ese uno a uno en el que sucede la magia. Sembrar en mentes y corazones para que el fruto germine a su debido tiempo”.

Jimena López Montes destaca que “los contactos académicos permiten solidificar la proyección de la Universidad hacia el exterior y avanzar en el objetivo estratégico de la internacionalización, incluyendo posibilidades de doble titulación”.

Festejando los 30 años de Abogacía Austral, en el Princeton Stadium. 

El viaje inculcó también en los alumnos uno de los valores que están en la misión de la Universidad: priorizar el crecimiento integral, con espíritu fraterno, alejado de lógicas competitivas que apuntan al éxito individual por sobre lo demás. El padre Santiago Caucino lo reafirma: “Nuestra Facultad de Derecho propone pensar la proyección profesional contando con la ayuda mutua y no desde el aislacionismo. No buscamos solamente generar técnicos del Derecho, sino personas con visión 360 sobre su propia vida y la sociedad”.

“Todo muy intenso y hasta agotador”, dice Ignacio de Casas. “Como todo lo que vale la pena. La Facultad pone a disposición profesores y tiempo en este viaje que refleja en pequeño lo que esta Universidad pretende ser (como enseñaban Alfonso X el Sabio y Newman): convivencia, acercamiento de maestros y escolares, de profesores y estudiantes”. Y reflexiona: “A poco de regresar, recordé algo que leí hace un tiempo y que me hizo pensar inmediatamente en los chicos con los que viajamos: ‘Tenían entonces la edad exacta del miedo y del asombro… Las cosas fueron sucediéndose… No sabían que ya estaban creando los recuerdos de más tarde, los que ahora se convocan sin que haya que hurgar demasiado para recuperarlos’. En distintas conversaciones, se pudo hablar de su temor a lo que vendrá después de los años de estudio, del vértigo ante las posibilidades, de la ansiedad. Quiero decirles que no se inquieten, que disfruten y no dejen de apoyarse en sus profesores, porque estamos para ellos”.

Lazos perdurables

Generar vínculos en un clima de camaradería, ayuda mutua y confianza fue otro activo importante del viaje. Algo que, después, se traslada a la vida universitaria. 

“Encontré en este viaje una vivencia profunda de esa ‘comunidad Austral’ que procuramos formar día a día, acompañando a otros en las diferentes etapas de la vida y maravillándonos con el tesoro que se esconde en cada uno”, afirma Miatello.

Valentina Ventura, de cuarto año, destaca la posibilidad de “conocer a jóvenes de diversas partes del mundo, Guatemala, México, Colombia, España, Kenia y más; aprender sobre sus culturas y modos de pensar. Recorrer lugares, contemplar una arquitectura espectacular, visitar la ONU… Darnos cuenta de que la Universidad Austral es un lugar que permanentemente enseña valores que compartimos, y que somos un equipo que aspira a lo mejor, tanto profesional como humanamente. Ahora estoy encarando el estudio desde otro lado. Me siento más segura. El viaje es un claro ejemplo de la garra y profesionalismo con que se maneja y organiza la carrera de Abogacía en la Universidad”.

Una noche distendida, con el Downtown de Manhattan de fondo. 

Incluso las escaleras de Rocky fueron parte de la experiencia, subraya Lucía Sacchero, alumna de primer año. “Vivenciamos muchísimo aprendizaje cultural, histórico, y la experiencia de visitar lugares super significativos para nuestra futura profesión -dice Lucía-. ⁠Volví con muchísimas cosas para aplicar en la vida cotidiana. Pude encontrar en compañeros y profesores amistad genuina y apertura. Sé que cuento con mis profesores para lo que necesite, y veo todo lo que puedo aprender de ellos”. 

En Times Square, New York. 

El viaje “fue una vivencia con muchas situaciones ichi-go ichi-e, resume Fernando Toller, usando la expresión japonesa que puede traducirse como “una vida, un momento”, una experiencia única de encuentro con personas, que en esas circunstancias, sucede solo una vez y, justamente por eso, debe ser aprovechada y atesorada. 

Para Benjamín Olivera, que ya está terminando sus estudios de Abogacía, el viaje reafirmó su vocación por trabajar para cambiar la realidad argentina y encendió con otro calor la chispa de perseguir sus sueños. “Fue una travesía del alma, un itinerario trazado entre las coordenadas del conocimiento y la emoción. Recorrimos Estados Unidos, pero en verdad nos recorríamos por dentro, hacíamos una introspección de nosotros mismos. Washington, Nueva York, Filadelfia, Boston no fueron solo ciudades: fueron espejos donde vimos reflejado el futuro que soñamos construir como profesionales del Derecho egresados de la Universidad Austral. Cada paso fue una página escrita en la bitácora de nuestras convicciones con recuerdos que marcarán nuestros próximos años, parte de un aprendizaje que no cabe en manuales ni programas, y no se enseña en las aulas pero nos devuelve transformados cuando se regresa a ellas. Un viaje hacia la esencia misma de cada una de las personas con quienes pudimos compartirlo. Nos fuimos compañeros de Universidad y volvimos hermanos de travesía”. 

En la Asamblea General de la ONU, New York. 

 

Te puede interesar

07.07.2025

Hacia la transición energética: una o...
La Facultad de Derecho de la Universidad Austral fue...

26.06.2025

Récord de participación en el “Austra...
Se trató de la vigesimoséptima edición de la compete...

Compartir