A casi 18 meses del inicio de su mandato, Javier Milei ha trazado una línea de confrontación con el Congreso que tensiona al máximo las costuras del sistema republicano. El Presidente ha hecho uso intensivo de dos instrumentos constitucionales: el veto presidencial y los decretos (DNU y delegados). Mientras tanto, un Congreso fragmentado intenta resistir y resguardar su función legislativa y su función de control.