En un tiempo marcado por la incertidumbre, la inmediatez y vínculos cada vez más frágiles, redescubrir el valor de la paternidad se convierte en un acto de humanidad y esperanza. La presencia del padre-su modo de estar, amar, corregir, acompañar y educar- deja huellas en la vida de los hijos y en el corazón mismo de la sociedad.