En los últimos meses, las principales consultoras globales han coincidido en un mensaje clave: el futuro del liderazgo será profundamente humano. Las organizaciones valoran cada vez más habilidades como la empatía, la curiosidad y el autoconocimiento, aunque aún enfrentan dificultades para medir el verdadero impacto que generan las personas. Sin un desarrollo interno sólido no pareciera posible lograr una transformación sostenible.