El 27 de agosto de 1962, Enrique Shaw dejó este mundo, pero su legado sigue vivo, no solo en la historia empresarial argentina, sino en los corazones de quienes lo conocieron como esposo, padre y líder. Nacido en París el 26 de febrero de 1921 y trasladado a la Argentina apenas dos meses después, Shaw encontró en esta tierra su hogar, donde se entregó al servicio de los demás y al desarrollo de una visión empresarial profundamente humana.