Cada acontecimiento que conmueve a la opinión pública mundial es pensado como una nueva retracción de los Estados, dando lugar a actores que escapan al monopolio de su fuerza legítima. Lo paradójico de estos puntos de vista es que les resulta imposible analizar cualquier situación de escala global, sin tener en cuenta a las unidades estatales que se reconfiguran y se fortalecen a medida con otros actores no estales los desafían.

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