La actividad, organizada de manera conjunta entre la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral, el InterAmerican Institute for Democracy (IID) y el Kimberly Green Latin America and Caribbean Center de la Florida International University (FIU), reunió a académicos y líderes latinoamericanos.
Académicos, ex Jefes de Estado y vicepresidentes de la región analizaron el estado de la democracia en América Latina y abogaron por la necesidad de mejorar la calidad institucional para evitar que proliferen situaciones caracterizadas por caudillismos o feudalismos. El evento se llevó a cabo en la sede porteña de la Universidad Austral y contó con la transmisión en vivo de Infobae.
La bienvenida del encuentro estuvo a cargo de Gabriel M. Astarloa, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, quien señaló: “Aspiramos a que la democracia como régimen político y de gobierno sea una realidad en la vida en todos los rincones del suelo americano y pueda perfeccionarse hacia mejores condiciones de libertad y convivencia pacífica”.
En el panel “Estado de derecho en las Américas”, que fue moderado por el fundador y CEO de Infobae, Daniel Hadad, expusieron los dirigentes políticos latinoamericanos Jamil Mahuad y Lenin Moreno, de Ecuador; Marta Lucía Ramírez, de Colombia y Carlos Ruckauf, en representación de Argentina.
Mahuad, ex presidente de Ecuador entre 1998-2000, señaló: “Estamos acostumbrados a pensar que la democracia se opone a la dictadura y que si alguien se queja de la democracia está pidiendo dictadura, una idea absolutamente equivocada, porque en realidad lo que quieren es más democracia. La democracia que reciben hoy es acotada, insuficiente, llena de promesas que no se cumplen. Y así es cómo nacen los caudillismos, la relación clientelar con el votante”.
Por su parte, Ramírez -primera mujer vicepresidente de Colombia entre el 2018 y 2022- afirmó: “El diagnóstico es claro: hay un debilitamiento de la democracia en el mundo entero, porque las expectativas ciudadanas no se cumplen. El desafío es cómo lograr que el Estado dignifique más a las personas que viven en cada nación. Hay que involucrar al resto de la sociedad, hacer una pedagogía constante en los jóvenes especialmente y toda la ciudadanía”.
A su turno, Lenin Moreno —quien fue presidente de Ecuador entre 2017 y 2021, y anteriormente vicepresidente desde 2007 hasta 2013— remarcó: “No puede haber democracia sin libertad”, y agregó que “al socialismo del siglo XXI se le puede derrotar, pero siempre que cada uno de nosotros haga lo que corresponde”.
Sobre el socialismo, señaló: “Fingen ser democráticos y tolerantes, pero van por todo el poder. Con las dictaduras no se dialoga, se las derrota en elecciones”.
Finalmente, Ruckauf -vicepresidente argentino entre 1995 y 1999- aseveró: “La democracia está en peligro en América Latina por el narco-socialismo del siglo XXI”.
“Estamos viendo todos los días temas de nuestra aldea compleja. Hay que defender la alternancia en las provincias, en el país y en los demás países. No nos jugamos el destino individualmente. Así como avanzó el cáncer del socialismo en la región, ahora tienen que avanzar las ideas de la libertad”, afirmó.
Previamente al panel, el periodista de investigación y consultor Douglas Farah -especialista en seguridad, crimen organizado y terrorismo- presentó el estudio “Argentina feudal” que se enfocó en las provincias de Formosa, Santiago del Estero, Chaco y Catamarca.
“El Estado es frágil. Hay un modelo que busca su permanencia en el poder a todo costo, para su provecho personal. Son modelos antidemocráticos que son utilizados de manera vital para el narcotráfico”, según explicó. ¿Cómo enfrentarlo? “Tener un diagnóstico y un marco teórico común; un proyecto de patria y no de partido; decisiones de Estado sostenibles, resiliencia social y alianza, construcción en bloque”, enumeró Farah.
Para Alfonso Santiago, director de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, “la mejora de la calidad institucional es una necesidad para las provincias y su proyección nacional” y consideró que “ha llegado la hora de las provincias argentinas como agentes de su propio desarrollo”.
Santiago mencionó algunas imprecisiones del informe, como que “no refleja los matices de las complejas realidades locales” y disintió con algunas expresiones del documento. “La lucha contra el narcotráfico y el cuidado de las fronteras es propia del gobierno federal y no puede ser atribuido a gobiernos provinciales”, dijo, como uno de esos ejemplos de inconsistencias.
En tanto, Gabriela Hoberman -Directora de Programas Académicos del Kimberly Green Latin American and Caribbean Center de la FIU llamó a reflexionar sobre “cómo se afecta la calidad democrática de la Argentina cuando vemos el ejercicio autoritario en estas provincias que reflejan deficiencias” y “cómo puede fortalecerse el estado de derecho con esa muestra permanente de persistencia que se perpetúa en ejercicio del mismo”.
Finalmente, el profesor asociado de la Universidad Torcuato Di Tella, Carlos Gervasoni, consideró –según sus investigaciones- que “no hay muchos federalismos en el mundo como el de Gildo Insfrán en Formosa”, donde si bien hay elecciones “el poder es concentradísimo, como en muchos autoritarismos del mundo”.
“La principal causa de estos regímenes es la naturaleza de nuestro federalismo fiscal. La gente es pobre pero los gobiernos son ricos. En Formosa, por ejemplo, la provincia emplea al 70 por ciento de la población”, dijo.
A modo de conclusión, el rector de la Universidad Austral, Julián Rodríguez, aseveró: “La democracia no se reduce a un sistema electoral ni se agota en el funcionamiento de las instituciones”y citó a San Juan Pablo II: “La democracia sin valores se convierte fácilmente en totalitarismo visible o encubierto como demuestra la historia”.
“Una democracia sin base sólida no se sostiene. Está en riesgo, en peligro. Desde la Universidad asumimos con convicción vivir estos valores, educar para la paz y la verdad. Celebro este foro como una oportunidad para no quedarse en lo superficial sino poner el foco en lo esencial, en los valores que permitirán que los países y las democracias se desarrollen sobre bases sólidas y permanentes”, concluyó.