Salud

Comprometernos con el derecho al mayor nivel de salud para todas las personas

06.04.2024

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Autor: Mag. Claudia Lascano

Alrededor de 140 países reconocen la salud como un derecho humano en su Constitución, según manifiesta el Consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los Aspectos Económicos de la Salud para Todos.  Sin embargo,  casi 4.500 millones de personas (más de la mitad de la población mundial) no estaban completamente cubiertas por servicios de salud esenciales en 2021, lo que demuestra que no se están aprobando ni poniendo en práctica leyes que garanticen que sus poblaciones tengan acceso a los servicios de salud.

Para abordar este desafío, la OMS propone conmemorar el Día Mundial de la Salud 2024 bajo el lema «Mi salud, mi derecho». El tema de este año fue elegido para defender el derecho de todos, en todas partes, a tener acceso a servicios de salud, educación e información de calidad, así como a agua potable, aire limpio, buena nutrición, vivienda de calidad, condiciones ambientales y de trabajo decentes, y a no ser discriminados.

El derecho al mayor nivel de salud posible es fundamental y posible cuando no hay distinción de raza, género, religión, orientación política o situación económica o social, de tal forma que se logre la máxima eficiencia y efectividad en los cuidados que se brindan. El derecho a la salud y otros derechos están unidos indefectiblemente a la equidad, y a su vez reflejan y ayudan a reforzar la solidaridad social.

En todo el mundo, el derecho a la salud de millones de personas está cada vez más amenazado. Las enfermedades y los desastres ocupan un lugar importante entre las causas de muerte y discapacidad. Los conflictos devastan vidas y causan muerte, dolor, hambre y angustia psicológica.

La Conferencia Internacional  realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Alma Ata en 1978 reconoció a la Atención Primaria de Salud (APS) como uno de los componentes fundamentales de un sistema de salud efectivo, la salud como un derecho humano fundamental y el logro del grado más alto posible de salud como un objetivo social sumamente importante en todo el mundo, cuya realización exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económicos, además del de la salud.

Los progresos no han sido los esperados en estos 46 años desde Alma Ata, ya que aún la mitad de la población mundial carece de acceso a los servicios sanitarios básicos de calidad, incluida la atención de las enfermedades transmisibles y no transmisibles, la salud materno-infantil y la salud mental. Siguen produciéndose muertes por enfermedades que pueden prevenirse si se tuviera la cobertura y el acceso a los servicios de salud. Además muchas intervenciones sanitarias siguen centradas en modelos biomédicos y en la atención de enfermedades específicas, que privilegian los servicios curativos, sobre la promoción y prevención de la salud, en lugar de fortalecer los sistemas de salud con un enfoque integral.

Las experiencias en países desarrollados y en vías de desarrollo demuestran que la APS puede interpretarse y adaptarse a una amplia variedad de contextos políticos, sociales, culturales y económicos. Entonces es necesario abordar la temática del Derecho a la Salud desde el enfoque de los Determinantes Sociales de la Salud y, esto implica reconocer las situaciones complejas que condicionan el proceso de salud-enfermedad-atención-cuidado de las personas, poniendo especial atención en aquellos aspectos que posibilitan fortalecerlo.

Entendiendo a la salud como un derecho colectivo, que va más allá de la ausencia de enfermedad, requiere que aquellos que trabajamos en el ámbito del primer nivel de atención,  estemos presentes en el territorio, con la comunidad, enmarcando sus acciones, permitiendo entender la realidad socio-sanitaria de la cual formamos parte todos, propiciando el encuentro, el desarrollo del pensamiento crítico, el respeto por los saberes locales, la construcción de lazos solidarios y el protagonismo de las personas en la reconstrucción de un Estado activo, presente y garante de los derechos de todos.

Un enfoque de la APS es una condición esencial para afrontar los determinantes sociales de la salud y alcanzar la mejor calidad de cuidado de la salud posible para cada persona y su familia. Esta estrategia propone dar una respuesta integral a los problemas de salud. Significa hacer todo lo posible para dar alivio al sufrimiento cotidiano de las personas pero tenemos que reconocer a la salud como una capacidad humana básica, un prerrequisito que le permite a las personas realizar sus proyectos de vida, elemento indispensable en la construcción de una sociedad saludable.

 

(*) Profesora de la carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias Biomédicas, Directora Médica de la Posta Sanitaria “Las Lilas”. Subdirectora de la Carrera de Especialización de Medicina General y Familiar de la Universidad Austral.

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