Miles de investigadores se movilizaron esta semana en todo el país bajo la consigna "Nadie se salva solo", inspirada en El Eternauta, para denunciar el desmantelamiento del sistema científico argentino. Lejos de tratarse de una expresión simbólica, la consigna retrata con crudeza lo que está ocurriendo: la demolición progresiva de una estructura que llevó décadas -y muchísimo trabajo- construir.