Los informes sobre el estado de la democracia en el mundo coinciden en que hay cierto auge de las dictaduras. Cuando las autocracias están en un ciclo ascendente puede ocurrir que alguna de ellas atraiga como un modelo eficaz de desarrollo material. Eso pasaba con la URSS desde fines de los años treinta, cuando esa dictadura parecía catapultar un país atrasado, rural y primitivo a ser una potencia industrial mundial. Millones de personas en el mundo fueron atraídos por ese espejismo, hasta que fue evidente la mala costura del monstruo, cayeron las máscaras, y quedó desnuda una sociedad bloqueada y decadente.