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No solo de robots vive el hombre

En un artículo publicado en perfil.com, el decano de la Facultad de Ingeniería, Juan Pablo Cosentino, resalta que es necesario pensar en educar interna y externamente a los actores involucrados, no solo en el uso de las nuevas tecnologías sino en la adaptabilidad que necesitan para lograr una transformación digital.

En el año 2011, el Gobierno Federal de Alemania anunció el lanzamiento de un grupo de trabajo bajo la forma “Future Project” en la temática “Industrie 4.0”, con el 4.0 como hito de una cuarta revolución industrial. Esto lo hace a través del Grupo de Promoción que impulsa la Alianza de Investigación Ciencia-Industria, el cual se conforma, constituye y lidera la Academia Alemana de Ciencia e Ingeniería (ACATECH). 

El 8 de abril 2013, en la Feria de Hannover, el Líder del Grupo de Trabajo Industrie 4.0, entrega a Angela Merkel y Vladimir Putin simultáneamente, el documento llamado “Recomendaciones para la implementación de la iniciativa estratégica INDUSTRIE 4.0. Informe final del Grupo de Trabajo Industrie 4.0”, con la impronta de la adaptabilidad y la eficiencia, basadas en la transformación de datos en conocimiento que repercuta en una acción. El trabajo allí presentado es, seguramente, la mejor conceptualización hecha hasta el momento respecto de cómo medir y actuar en consecuencia de las dimensiones que deben abarcarse. La visión del gobierno alemán sobre I4.0 es central en el plan de desarrollo del país como eje sobre el cual las empresas deben adaptarse de manera inteligente y eficiente a los cambios, teniendo como premisa la generación de valor sobre datos capturados por diferentes medios.

A partir de estos precedentes, la obligación de reglar y fijar ciertos objetivos en lo referido a I4.0 se debe a la doble razón de necesidad y urgencia. El objetivo a perseguir en la I4.0 es lograr la adaptabilidad de la cadena de valor de un extremo a otro, desarrollando e incorporando un conjunto de capacidades y habilidades tanto desde el cliente como desde la empresa. Es adaptarse a las necesidades, por ejemplo, detectando una oportunidad de agregado de valor para el cliente: contactarlo antes de que este lo haga para pedir la modificación, cambio o baja del producto o servicio. 

Como país, debemos impulsar y apoyar a las empresas que afrontan la reconversión necesaria ante esta cuarta revolución industrial, que hoy permite ofrecer productos y servicios hiper-personalizados gracias a que contamos con datos generados en tiempo cuasi real. Para alcanzar este objetivo, y teniendo en cuenta que la educación es la base del desarrollo, las universidades deben actuar como soporte y canal para hacer llegar a las PyMEs el conocimiento que dentro de ellas se genere, estudie o adapte, desde un punto de vista de creadoras de soluciones, estudios o propuestas de valor. 

Esto abre nuevas posibilidades para las PyMEs, como el paso a modelos relacionales que buscan aportar valor durante el ciclo de vida de dicho producto o servicio, el cual puede seguir extendiéndose continuamente según la adaptabilidad del usuario. No existe el talle único, y una PyME es muchas veces la principal demandante de trajes a medida, lo que suele desentonar con soluciones grandilocuentes o consultorías externas que las empresas no pueden afrontar.

Repetitio mater studiorum est, “repetir es la madre del estudio”, y es así que repetimos también que la educación es la base del desarrollo. Por tanto, además de las nuevas tecnologías, la educación en el contexto de la cuarta revolución industrial es clave para poder interpretar en Qué, Dónde, Cómo, Cuándo y Cuánto debemos educar para formar capacidades tales que el aporte de valor de ese empleado o esa PyME, crezcan. 

Para esto es necesario pensar en educar interna y externamente a los actores involucrados, no solo en el uso de las nuevas tecnologías sino en la adaptabilidad que necesitan para lograr una transformación digital. Las PyMEs y las universidades deben fortalecer vínculos. 

El estado debe fomentar la vinculación y el soporte entre PyMEs y universidades, cumpliendo con su responsabilidad de transferencia. Si bien la tecnología pareciera ser la primera palabra que aparece al hablar de la cuarta revolución industrial, no deja de ser una herramienta. No existe una llave francesa que haya reemplazado a un mecánico, y hay llaves francesas usadas como martillos. 

Por lo tanto, en la cuarta revolución industrial, el conocimiento y el entendimiento verdadero de su uso e impacto (cultura) son piezas fundamentales de esta transformación y ratifican hoy más que nunca y a viva voz, que no solo de robots vive el hombre.

*Decano de la Facultad de Ingeniería y Profesor de Industria 4.0 de la Universidad Austral.