La sociedad contemporánea genera y promueve una profunda ausencia del otro. En una era de la transparencia absoluta como la nuestra, del narcisismo exacerbado y de la hiperconexión digital, lo que impera es un continuo de lo igual. Así, la xenofobia -ese patológico miedo escénico hacia lo extraño- es mucho más que una simple actitud individual, es la manifestación de un modelo civilizatorio que ha eliminado de manera tan sistemática como programática toda alteridad.