El motor del futuro: baterías, hidrógeno y combustibles verdes en la misma pista

28.05.2025

Autor: Por Alejandro Emilio Sureda, director académico de la Maestría en Movilidad y Gestión Automotriz

Panorama global rumbo a 2045

La industria automotriz atraviesa la mayor transformación desde la invención del motor a explosión: elegir qué fuente de energía moverá los autos de mañana. El debate ya impacta en concesionarias, regulaciones y bolsillos. Estas son las cinco tecnologías que hoy encabezan la carrera y lo que podemos esperar en las próximas dos décadas.

1.Baterías al volante

Los vehículos eléctricos de batería (BEV) dejaron de ser rarezas urbanas. En 2023 se vendieron cerca de 14 millones—casi uno de cada cinco autos nuevos del planeta—y las proyecciones indican que podrían alcanzar dos tercios del mercado hacia 2040. Europa lidera con metas de venta exclusivamente eléctrica después de 2035, y China concentra la mayor producción de baterías. Sus ventajas son claras: cero emisiones de escape, menor costo de mantenimiento y una red de carga rápida que crece cada mes. El desafío sigue siendo equilibrar autonomía, tiempo de recarga y precio inicial.

2. Híbridos: la transición inteligente

Mientras se despliega la infraestructura para enchufar autos en todas partes, los híbridos funcionan como puente. Combinan un motor convencional con uno eléctrico y recuperan energía al frenar, lo que reduce el consumo hasta 30 % frente a un vehículo tradicional. Su popularidad creció velozmente: en Estados Unidos, los híbridos ya representan más de un tercio de las ventas de Toyota. Ofrecen ahorro de combustible sin depender de un cargador doméstico, algo clave en regiones donde la red todavía es limitada.

3. Hidrógeno: electricidad instantánea

Los vehículos de celda de combustible (FCEV) generan electricidad a bordo a partir de hidrógeno y solo emiten vapor de agua. Su mercado ronda los 8 000 millones de dólares y podría triplicarse para 2030, impulsado por la apuesta de Japón, Corea y China, que ya instalan estaciones de hidrógeno a gran escala. Su virtud es repostar en minutos y ofrecer largas autonomías, ideales para ómnibus y camiones. El gran reto sigue siendo producir hidrógeno “verde”—con energías renovables—y multiplicar los surtidores para que el usuario no tenga que desviarse cientos de kilómetros.

4. Combustibles sintéticos: gasolina reinventada

Los e-fuels se fabrican combinando hidrógeno renovable con CO2 capturado del aire o de procesos industriales. Al quemarse liberan únicamente el carbono que tomaron, de modo que el balance de emisiones puede ser neutro. El negocio podría crecer a más de 120 000 millones de dólares en la próxima década, con plantas piloto en Chile y Alemania. Marcas como Porsche los ven como vía para conservar motores a explosión—y emociones de manejo—sin agravar el calentamiento global. El obstáculo es su costo todavía elevado, ligado a la enorme energía necesaria para producirlos.

5. Biocombustibles avanzados: residuos que impulsan

A diferencia del biodiésel o el etanol tradicionales, los biocombustibles avanzados se obtienen de desechos agrícolas, algas o aceites usados. Pueden reducir hasta 80 % de las emisiones frente a la nafta convencional y no compiten con cultivos alimentarios. Hoy mueven sobre todo colectivos y aviones, y el mercado apunta a superar los 45 000 millones de dólares para 2035. Brasil lidera con bioetanol de caña de azúcar, mientras Estados Unidos y la Unión Europea financian plantas que procesan materia orgánica residual.

¿Quién elige qué?

  • Europa impulsa el auto eléctrico con fuertes subsidios e impuestos al carbono; además promueve hidrógeno y e-fuels para aviación y transporte pesado.
  • China domina las ventas de BEV y controla gran parte de la cadena de litio, pero también experimenta con hidrógeno para flotas urbanas.
  • Estados Unidos y Canadá combinan incentivos fiscales a los BEV, un boom de híbridos y planes estatales de hidrógeno en California.
  • Japón y Corea diversifican su apuesta: híbridos eficientes, FCEV y desarrollo de e-fuels, siempre con la mira en exportar tecnología.
  • América Latina avanza a su modo: Brasil profundiza el bioetanol, México ensambla eléctricos para Norteamérica y Chile alberga la primera planta industrial de e-fuels de la región.

Hay tendencias claras en la adopción de vehículos eléctricos de batería (BEVs) en los principales mercados automotrices mundiales entre 2020 y 2024.

Contenido del artículo
Gráfico 1: Resultados ventas globales comparativas en año 2020 vs 2024 de autos eléctricos (BEVs) vs autos de todo tipo.

Según se pude observar en el gráfico, China y Europa han logrado un progreso sustancial en la integración de los BEVs en sus mercados automotrices, con China emergiendo como el líder indiscutible en términos de velocidad y escala de adopción.

Estados Unidos también ha experimentado un crecimiento significativo, aunque a un ritmo más moderado en comparación con China y Europa.

Japón, en contraste, muestra una adopción de BEVs considerablemente más lenta, lo que sugiere factores únicos en su mercado, como una fuerte preferencia por los vehículos híbridos y un despliegue más pausado de la infraestructura de carga.

El futuro de la adopción de BEVs en estos mercados clave estará determinado por la evolución de las políticas gubernamentales, los avances tecnológicos que mejoren el rendimiento y reduzcan los costos de los vehículos eléctricos, y los cambios en las preferencias de los consumidores hacia la movilidad sostenible.

La trayectoria actual sugiere que la tendencia global hacia la electrificación del transporte continuará, aunque a diferentes velocidades y con diferentes características en cada región.

Las piezas que deciden la carrera

  1. Políticas climáticas: metas de emisión cada vez más estrictas estimulan nuevas tecnologías y encarecen los motores tradicionales.
  2. Infraestructura: cables de alta potencia, tuberías de hidrógeno o refinerías de e-fuels requieren inversiones millonarias y coordinación público-privada.
  3. Costos en caída: las baterías bajaron 80 % en diez años, mientras el hidrógeno verde todavía cuesta el triple del ideal para competir.
  4. Preferenciasdelconsumidor:laautonomía,elpreciodelaenergíayla conciencia ambiental influyen tanto como la tradición de cada mercado.
  5. Disponibilidad de materias primas: litio, cobalto, níquel y tierras raras

Mirando a 2045

Si las tendencias se mantienen, veremos un parque automotor donde los eléctricos de batería sean mayoría, los híbridos sigan siendo la opción “sin riesgo” y el hidrógeno gane terreno en camiones y ómnibus de larga distancia. Los e-fuels y los biocombustibles resultarán indispensables en aviones, barcos y motores que no pueden electrificarse con facilidad.

El futuro no tendrá un único ganador: cada tecnología ocupará su nicho, según la geografía, la política energética y—sobre todo—el bolsillo del conductor. Para los argentinos, la clave será convivir con varias opciones y elegir la que mejor se adapte a su ruta y presupuesto. La buena noticia es que, cualquiera sea la elección, el objetivo común es un transporte con menos emisiones y un planeta más saludable.

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