La Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral celebró este mes dos ceremonias profundamente significativas: las graduaciones de las carreras de grado y posgrado. Dos actos, pero un mismo sentimiento: la emoción de cerrar una etapa que exige esfuerzo, perseverancia y un enorme compromiso personal y profesional.
El hall central de la Universidad Austral se llenó de familias, amigos, profesores y colaboradores que acompañaron a los graduados a lo largo de sus años de estudio. El color naranja que caracteriza a la Facultad de Ingeniería tiñó ambas ceremonias de celebración y alegría. Encabezaron los actos el rector de la Universidad Austral, Mag. Julián Rodríguez Priore, y el decano de la Facultad de Ingeniería, Ing. Emilio López-Gabeiras.
Entre abrazos, fotos y miradas de orgullo, quedó claro que este no fue un día más: fue un día que —tal como lo expresó el decano de la FI— “van a recordar toda la vida”.
Durante su discurso, Emilio animó a los flamantes graduados a que “no balconeen la vida: bajen al campo, se arriesguen y se comprometan”. Y agregó: “Hagan que valga la pena”. Por su parte, el rector de la universidad, también los alentó a que “cada innovación que impulsen contribuya a un mundo más justo, más pacífico y alegre”.
En ambas graduaciones resonó una idea central que fue repetida por quienes dieron los discursos frente a un público empapado de emoción. Todos coincidieron en una certeza: ningún título se obtiene solo.
Durante la ceremonia de graduación de las carreras de grado, Mateo Rabaglino, graduado de Ing. Industrial, dio un discurso cargado de humor y memoria. Recordó que “mal que mal, o bien que bien, este lugar terminó convirtiéndose en un segundo hogar”, haciendo alusión al agradecimiento a autoridades, profesores, personal y compañeros por ser parte del camino.
Por su parte, Diego Castro, Mag. En Explotación de Datos y Gestión del Conocimiento, compartió con los asistentes: “El esfuerzo no es solo académico, sino integral… y muchos de los que están aquí resignaron tiempo, acompañaron, sostuvieron”. Sus palabras resonaron en todos aquellos que vivieron la experiencia de estudiar mientras trabajaban, criaban hijos y asumían múltiples responsabilidades. El logro del título obtenido pertenece tanto a los graduados como a las familias que acompañaron el proceso.
Estas celebraciones marcan un nuevo comienzo para todos nuestros graduados, tanto para aquellos que comienzan su camino profesional, como para quienes deciden seguir formándose para aportar sus conocimientos y habilidades en sus entornos de trabajo. Uno de los graduados lo expresó de la siguiente manera: “El barco está seguro en el puerto… pero no fue hecho para quedarse ahí. Duc in altum. Naveguen mar adentro”.
Con sus nuevos títulos, conocimientos y —sobre todo— con la transformación personal que cada uno vivió, los graduados comienzan ahora una nueva etapa. Una etapa que los invita a construir, liderar, discernir y aportar al mundo con responsabilidad, creatividad y humanidad.
Desde la Facultad de Ingeniería, celebramos su esfuerzo, su crecimiento y su compromiso. Y les decimos, con orgullo y profundo deseo: ¡Felicitaciones, ingenieros, especialistas y magísteres! Bienvenidos a la comunidad de Graduados Austral.
