En primer lugar, gracias a Dios sin el cual nada es posible.

Hay un proverbio africano que reza: «Si caminas solo, irás más rápido; si caminas acompañado, llegarás más lejos». Son muchas las personas que me acompañaron y, aún lo siguen haciendo, en mi carrera profesional. En primer lugar, el reconocimiento más cariñoso y sincero para mis padres quienes me inculcaron el amor por la verdad y el valor del trabajo esforzado. A mis hermanos que siempre están presentes: Juan, Joaquín, Sebastián, Belén, Mercedes, Clara, Pilar, Victoria y Rocío. A mis amigos, muchas gracias.

Un especial reconocimiento el profesor Ángel Rodríguez Luño que con infinita paciencia y dedicación me ha ayudado tanto y del cual he aprendido mucho más. A la profesora M. Cristina Reyes por sus consejos y sostén. A la profesora Cristina Viñuela por su inestimable ayuda y de la cual aprendo cada día el amor por la formación. A la profesora Claudia Vaney por su generosidad y visión de futuro. A mis colegas y alumnos que me desafían y estimulan a pensar, muchas gracias.

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