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Con motivo del lanzamiento del Iberoamerican Work Challenge Forum, que impulsa la Universidad Austral junto a otras 11 universidades iberoamericanas, Roberto Cabezas, director de Fundación Empresa y Career Services de la Universidad de Navarra, España; explicó que la velocidad del cambio que nos ha tocado vivir pone en jaque a las universidades, a la sociedad, a las familias, el mundo laboral y también el modo de buscar talento.
El primer encuentro iberoamericano de empleo juvenil se realizará de modo online entre el 13 y 15 de abril, y es una actividad completamente gratuita. 
La Universidad Austral desde su Dirección de Graduados y Desarrollo Profesional, junto a otras 11 universidades de 8 países, organiza el Iberoamerican Work Challenge Forum, el primer encuentro iberoamericano de empleo juvenil que tratará sobre el desafío del empleo de los más jóvenes en el mundo actual.
El encuentro es totalmente gratuito y está destinado a alumnos del último curso universitario y alumni de las últimas tres promociones. Se realizará de modo online entre el 13 y 15 de abril de 2021.
En el marco de este encuentro, la Austral dialogó con Roberto Cabezas, director de Fundación Empresa y Career Services (servicio de salidas profesionales) de la Universidad de Navarra, España (otra de las universidades co-organizadoras); con el objetivo de conocer cómo buscan talento las empresas en la actualidad y cuál es la finalidad de este primer Iberoamerican Work Challenge Forum.
“Hoy la vida nos pone en una encrucijada”, dice Cabezas. Vivimos tiempos de incertidumbre, qué duda cabe. “La sociedad hasta antes de la pandemia estaba cambiando a un ritmo trepidante y nadie sabe a ciencia cierta a dónde nos lleva la revolución tecnológica, la globalización, la irrupción de la generación z y ahora esta crisis sanitaria mundial. Las reglas del juego han cambiado. La coyuntura nos obliga a transformar esta situación confusa y dolorosa con máxima creatividad y diligencia, para mejorar este mundo que se tambalea desorientado y aturdido”, sentencia.
Estos cambios traerán consecuencias importantes y probablemente se prolongarán en el tiempo. Muchas personas necesitarán reciclarse para asegurar su empleabilidad en un mercado de trabajo que previsiblemente sufrirá cambios muy profundos. “El mundo ha cambiado y nos exige a las universidades cambiar con él”, agrega Cabezas.
Desde la atalaya que le brinda la Universidad de Navarra, Roberto Cabezas, de 47 años y periodista de formación, explica que la velocidad del cambio que nos ha tocado vivir está poniendo en jaque a la universidad, a la sociedad, a las familias, el mundo laboral y también el modo de buscar talento.
UA: Vivimos en un cambio de época donde todas las organizaciones compiten por el talento. Ahora bien, ¿qué es el talento?
RC: El talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia. Es hacer con soltura lo que es difícil para los demás. Hablar de talento es hablar de capacidades, de competencia, de sueños, de aspiraciones, de proyectarse profesionalmente con constancia, perseverancia y tenacidad.
El concepto de talento, como todo, ha cambiado. ¿El talento es un expediente sobresaliente? El talento no es sólo inteligencia, es también aptitud como factor determinante. Tiene que ver con capacidades que el mundo laboral valore y que estén al servicio de la organización. Debe haber una sintonía entre esa capacidad que yo estoy vendiendo y lo que el mercado laboral está demandando. No podemos vender estufas en el Sáhara. Yo hablaría de tres claves del talento: el tener capacidades (el poder desarrollarse profesionalmente), el tener compromiso o la motivación (el querer desarrollarse profesionalmente) y la acción necesaria o respuestas conductuales prácticas (fase final que responde al actuar de acuerdo a las dos primeras cualidades).
No hace falta ser un genio para ser genial, ¿no?
UA: ¿Esa percepción también tienen los alumnos, es decir, para ellos el talento es algo más que un brillante expediente académico?
RC: Tenemos que saber que hay nuevas generaciones que tienen un nuevo relato y nuevas necesidades que van de la mano de la tecnología. Ahora bien. Esto no es solo un cambio tecnológico. Es un cambio mucho más profundo. Esto nos obliga a salir de nuestra zona de confort. La universidad tiene unas dinámicas, unas estructuras que son un pasado que está siendo puesto en jaque y que nos está obligando a reflexionar y plantearnos cambios más profundos. Los alumnos entran en una clase magistral y muchos de ellos buscan en Google, leen dos párrafos y desconectan. Esto pasa con los trabajos. No se busca un trabajo para toda la vida. Es como jugar a la videoconsola. Ellos contemplan su trayectoria profesional como un videojuego que ha de ser corto, estimulante, apasionante… No puedo plantearle un proyecto profesional y decirle que vamos a trabajar a cinco años porque no lo va a ver. Hay que trabajarlo a seis meses y de manera escalada. Así se va a estimular e ilusionar. Si le planteas proyectos más extensos en el tiempo se va a perder. También veo que las empresas han de ser protagonistas de este cambio. Nos obliga a mirar en los jóvenes valores. Eso lo vamos a conseguir si lo hacemos con una mirada apreciativa. No una mirada con prejuicios, una mirada condenatoria, una mirada distinta… Más allá de lo que hayas aprendido en la Universidad. El verdadero talento se encuentra en lo más profundo. Tiene que ver con ser buenas personas. La sociedad necesita, más allá de expedientes notables, buenas personas. Necesitamos imperiosamente buenas personas que salgan de las aulas de todas las universidades con proyectos que sean capaces de iluminar.
UA: Es frecuente leer o escuchar en medios de comunicación que buena parte de los trabajos aún no están inventados. ¿Cómo afecta esto a la programación académica?
RC: Vivimos un momento en la historia muy disruptivo. Este punto de inflexión es extraordinariamente diferente a otros momentos de cambio. La velocidad de este cambio es sorprendente. Incluso me atrevería a decir turbulento.
El cambio de la educación en el mundo en gran medida será digital. Vivimos en un siglo de progreso, un siglo de innovaciones digitales, un siglo de cambios en el mundo. Lo que aprendemos hoy lo más seguro es que no sea válido en algunos años más.
Si alguien piensa que esto no es una revolución, que por favor me lo explique. El callejón no tiene salida, de momento.
Como todo está cambiando y no se sabe si lo que se enseña/aprende ahora servirá para el futuro, la clave del cambio, a mi juicio, está en reforzar la formación en competencias (y en virtudes) para alimentar el pensamiento crítico y los valores fundamentales, y así ofrecer perspectiva amplia y visión integral a la persona, que ayude a construir un mundo más justo, más humano y, sobre todo, un mundo mejor.
UA: También hay quien dice que buena parte de los trabajos van a desaparecer. ¿Qué opina?
RC: Las predicciones de que la mitad de los trabajos van a desaparecer tienen una letra pequeña y es que vamos a descubrir otros trabajos que actualmente desconocemos. Buscaremos otras alternativas laborales que respondan a estas necesidades del cambio. La mirada oscura del futuro laboral no la comparto. Veo un reto interesante para responder con contundencia a las nuevas necesidades. Esto tiene que ver con tener una formación académica muy sólida, muy sintonizada con los cambios. Debemos tener la flexibilidad para ofrecer estudios que sirvan para responder a las demandas del mercado. Como no sabemos qué va a pasar en 20 años, tenemos la capacidad de formar a nuestros alumnos en competencias que van a cimentar una estructura sólida que les va a permitir responder con una mayor fortaleza a estos cambios. No van a sentir esa sensación de orfandad de conocimiento o de capacidad.
UA: Buena parte de los estudiantes con los que cuenta la Universidad de Navarra son internacionales. ¿De qué manera consiguen que se matriculen en este centro académico y no en otro? ¿Su modelo es replicable en las empresas?
RC: Estoy convencido de que el talento no es propio de nuestra casa. Existe en muchas partes del mundo. Nosotros ofrecemos un valor adicional a los alumnos que pasan por nuestro campus. Esto es una especial preocupación por la dignidad de las personas, y esa formación humanística tiene una especial sensibilidad. Y tiene especial conexión con las actuales necesidades de las empresas. Es un valor distintivo que cuidamos, protegemos, y reforzamos y que es muy demandado por las empresas y tiene que ver con que apostamos por una formación del carácter, una formación para que realmente esta aspiración de formar a una persona sea una realidad. Hay muchas empresas que buscan talento, pero las mejores quieren encontrar a buenas personas.
UA: ¿Podría explicarlo?
RC: Esto puede ser algo muy disruptivo. Siempre se ha hablado del atraer y del retener. El atraer siempre va a ser importante, pero esa retención, de manera casi obsesiva de las empresas que supone gastar recursos, crear proyectos para retener casi forzosamente a los empleados está, casi, en vías de extinción. La progresión del desarrollo profesional de los jóvenes va a ser distinta. Mi abuelo tuvo solo un trabajo, mi padre tuvo dos o tres y yo voy por el sexto. Mis hijos no sé cuántos van a tener. No hay que tenerle miedo al cambio, al desarrollo profesional. Esto nos va a obligar a mirar el tema de la retención del talento desde otra perspectiva. Ya no hablamos de un empleado, sino de un profesional al servicio de la sociedad, del mundo. Esta dinámica de colaboración cambia el modelo. Entonces, no tengo miedo y todas las tendencias internacionales en tema de reclutamiento no van por retener, sino que el oleaje de profesionales que van a pasar por un proyecto va a ser mucho mayor. No hay que tenerle miedo, hay que afrontar esta situación. Hay que saber elegir al mejor pero también dejando que este se marche porque esa va a ser la nueva dinámica de trabajo.
Entenderemos mejor a estos jóvenes profesionales si logramos mirarles y seducirles desde la inspiración y no desde la obligación, desde el afecto y no desde la imposición. En cada uno de estos jóvenes profesionales hay algo interesante por descubrir. Solo con una mirada apreciativa lograremos mover resortes profundos en sus corazones, y veremos valor en esta nueva forma de interactuar con el mundo.
Agenda
La agenda del evento se conforma de la siguiente manera:
– Los días 13 y 14 de abril las conferencias estarán dirigidas a alumnos del último curso universitario y alumni de las últimas tres promociones.
– El 15 de abril se concentran 100 líderes empresariales y referentes internacionales del mundo del trabajo que expondrán sobre los desafíos que atravesaron y atraviesan en un nuevo contexto mundial.
Los interesados podrán inscribirse en la web del encuentro www.universityemploymentlab.com, donde también disponen de más información sobre el evento.
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La Universidad Austral está entre las principales universidades del mundo con menos de 50 años y entre las más prestigiosas de América Latina, según QS World University Rankings.