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En marco del Día Internacional de la Lucha contra el Chagas, la Dra. Claudia Lascano, directora médica de la Posta Sanitaria y profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, reflexionó sobre la prevención y transmisión de la enfermedad y del rol de la participación comunitaria para combatirla.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) categoriza al Chagas como una enfermedad tropical desatendida, que no ha recibido suficiente atención por parte de gobiernos e instituciones sanitarias. En el mundo hay alrededor de 6 y 7 millones de personas infectadas por el parásito causante de esta enfermedad, la mayoría de ellas en América Latina. Es considerada una enfermedad de las zonas más pobres y de regiones con clima cálido, pero producto de la migración de personas infectadas puede estar presente en cualquier territorio de nuestro país.

«El Chagas se transmite principalmente como consecuencia de las heces de la vinchuca enferma. También, mediante la transfusión de sangre (por dador infectado) y la transmisión transplacentaria (de la madre en fase crónica a su hijo) que puede o no producir la infección fetal. Se considera que una persona es portadora de Chagas cuando tiene el parásito en el organismo. Sin embargo, en 7 de cada 10 casos el parásito no causa daño, por lo que ser portador o estar infectado no siempre equivale a desarrollar la enfermedad«, explica la doctora Claudia Lascano, profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y Directora Médica de la Posta Sanitaria «Las Lilas».

«La mayoría de los pacientes no saben que están infectados, porque no tienen síntomas y no saben cuándo se infectaron. Además, puede suceder que convivan con el parásito sintiéndose bien durante toda su vida», afirma la doctora Lascano quien también es Médica del Servicio Medicina General Ambulatoria en el Hospital Universitario Austral. ​​​

Alicia descubrió que tenía Chagas cuando estaba embarazada de su tercero hijo, en un control médico en la Posta Sanitaria Las Lilas, un proyecto de promoción social que la Facultad de Ciencias Biomédicas lleva adelante en la localidad pilarense de Derqui. «Soy de Corrientes y nunca me hice los estudios, ni mis hermanos ni mi papá tenían Chagas. No sabría decir cuando me infecté, pero gracias a Dios ninguno de mis hijos la tuvo», recuerda Alicia.

Por ello, es crucial controlar el vector que transmite la enfermedad, pero es aún más importante la búsqueda de los infectados para ver si pueden recibir un tratamiento adecuado. Los controles durante el embarazo y en lactantes pueden permitir la detección oportuna y el tratamiento de Chagas. Se dice que un adulto con Chagas es un niño que pudo no ser tratado de niño, y por ello es necesario enfatizar sobre lo importante que es detectar la transmisión de Chagas de madre a hijo.

«La promoción de la salud radica en la participación de la comunidad en la elaboración y puesta en marcha de estrategias para alcanzar un mejor nivel de salud. Por ello, en la Posta Sanitaria desarrollamos un programa de formación de promotores de salud, dirigido a las personas de la comunidad», indica la Dra. Lascano.

«Organizamos varios talleres y cubrimos distintos temas. Los promotores recorremos las casas para ver cómo vive cada uno y cuáles son sus necesidades o problemas. Tenemos que saber un poco de todo para poder llevar la información a la gente», detalla Alicia.

Los promotores de salud son personas interesadas en construir una vinculación directa con las familias de su propia comunidad, y se integran al Equipo de Salud para enriquecer con sus acciones la tarea interdisciplinaria. Forman una red que multiplica las conductas saludables en su propio entorno y previniendo enfermedades evitables. «Para mi rol como promotora de salud me capacité en el mal de Chagas, me preparé estudiando y buscando información con la ayuda de la Dra. Lascano. Ser promotora de salud es muy lindo porque uno aprende y luego puede transmitir ese aprendizaje a otros. Ser promotora de salud es ayudar a la gente, y gracias a la Posta uno aprende cómo ayudar», precisa Alicia.

«En la Posta me enseñaron a decir ´yo puedo´, a creer y a confiar en mí.  Me alentaron para que estudiara y gracias a ello me di cuenta de que puedo dar más de lo que doy. Uno aprende y se va sacando todo el miedo. Me han permitido crecer; antes me consideraba ignorante y gracias a la Posta descubrí que no lo soy, porque puedo aprender y enseñar a otra gente», concluye Alicia.

La participación comunitaria es esencial para multiplicar los esfuerzos en la detección de enfermedades desatendidas como el Chagas, como así también permitir la identificación de otros problemas que afectan a la salud de la comunidad.

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La Universidad Austral está entre las principales universidades del mundo con menos de 50 años y entre las más prestigiosas de América Latina, según QS World University Rankings.