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impacto-CaocciUn resultado histórico para Italia: 60% contra 40% (para ser más precisos: 59,1% contra 40,9) y la reforma constitucional propuesta por el gobierno de Matteo Renzi es rechazada después de una campaña muy reñida, y ahora el primer ministro presentará su renuncia al Presidente de la Republica, Sergio Mattarella.

Lamentablemente, en los últimos meses fue el mismo Renzi quien se ocupó de personalizar este referéndum, de una manera poco viable, sin entender el peligro implícito en someter su gobierno al juicio del pueblo mediante esta reforma.

Los hechos recientes habían dejado este riesgo en evidencia.

En el Reino Unido, el premier David Cameron también recurrió al mecanismo del referéndum. En su caso, puso en tela de juicio la permanencia de ese país dentro de la Unión Europea, apuntando a fortalecer su liderazgo tanto en el partido Conservador como en el mismo Gobierno. No supo leer el verdadero enojo que sus conciudadanos llevaban adentro, fracasó y tuvo que renunciar, abriendo una estación de crisis político-institucional importantísima, tanto en Londres como en Bruselas.

En Colombia, el presidente Juan Manuel Santos, después tantos años de guerra civil con las FARC, también creyó que el referéndum sería la mejor manera de anclar su éxito personal en la aprobación de los acuerdos de paz, cementando su imagen de héroe reconocido por el pueblo. No se dio cuenta que las heridas de su gente eran mucho más profundas y necesitaban de un proceso de participación democrática, que no se podía resolver con un dicotómico “Sí-No”.

El mismo error cometió el premier ministro italiano: pensó que con una sola, larga y un poco engañosa pregunta sobre la nueva constitución de la Republica podía conseguir un nuevo marco institucional muy cómodo y así una investidura popular casi plebiscitaria para poder continuar su trabajo hasta el 2018.

¡No fue así! Millones de italianos se pusieron a leer su propia constitución, a discutir entre ellos para formar una idea y finalmente votar de una manera crítica y consciente; otros simplemente se aprovecharon de la oportunidad para atacar el gobierno y adelantar el cambio; el país vivió una profunda laceración que debe ser curada entre todos.

El equilibrio y la sabiduría del Presidente de la Republica Sergio Mattarella serán indispensables para salir rápida e inteligentemente de este momento de transición; el deseo de cada una y de todas las fuerzas políticas de cooperar para la realización del bien común tendrá que prevalecer sobre los intereses partidarios; y todos nosotros, italianos e italianas, tendremos que arremangarnos en espíritu de solidaridad.

Los desafíos son muchos: trabajo, educación, seguridad, empresas, salud, migraciones, jóvenes y mayores.

El gobierno Renzi recién empezaba a poner manos en estas materias; quien lo siga tendrá la tarea de cumplir tomando en cuenta la voluntad del pueblo soberano.

Por lo que concierne la Constitución que cumplirá 70 años en 2018, mejor pensar en su verdadera y plena implementación. Las constituciones tienen que ser el producto de una lucha compartida, auténtica y popular. No pueden salir simplemente de un taller de ingeniera jurídica y una maquilladora política.

El pueblo italiano se expresó en contra al cambio de su carta fundamental sin su participación: ¡que los políticos aprendan esta lección!

Fuente: Télam
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