La Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral (EPC) y la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE) organizan el V Congreso Latinoamericano de Comunicación Política. El encuentro tendrá lugar en la sede Buenos Aires de la Universidad (Cerrito 1250, CABA) del 28 al 30 de julio.
Alberto Mora, secretario de la asociación, comenta: “ALICE se consolida en este V Congreso que celebramos en Buenos Aires, como uno de los principales referentes para los investigadores y profesionales de la comunicación política. A los grupos de trabajo ya consolidados en los últimos años se suman en este evento nuevos especialistas, tanto del ámbito académico como de la consultoría, con nuevas perspectivas y enfoques de trabajo que enriquecerán el trabajo de investigación y divulgación que realizamos desde nuestra comunidad, que ya cuenta con más de 1.000 asociados procedentes de una veintena de países. Sin duda, el apoyo de la Escuela de Posgrados en Comunicación, anfitriona de este evento, ha sido clave”.
“Para la EPC es un honor y un impulso ser la sede del V Congreso de ALICE. Un honor ser anfitriones de los principales investigadores del campo iberoamericano, que participarán a través de más de 150 ponencias en 20 mesas de trabajo”, sostiene Damián Fernández Pedemonte, director de la Escuela. “Además, es un impulso porque la EPC nació con la intención de llevar el conocimiento académico en comunicación a los diversos ámbitos del espacio público. Este año se inicia con el Congreso la Diplomatura en Comunicación Política y el año próximo planeamos el lanzamiento de una Maestría en Comunicación Política, la primera de su especie en la Argentina, que le agregará a los temas electorales otros menos frecuentados desde la universidad como son la comunicación gubernamental, la gestión de crisis y la actualización en métodos de investigación”, concluye.
Luciano Elizalde, decano de la Facultad de Comunicación, afirma por su parte que “el Congreso será una oportunidad para que la investigación básica y aplicada, la teoría y la transferencia tomen contacto, se muestren juntas como formas diferentes pero no contradictorias de aprender y de enseñar, de mejorar la comunicación y la política”.
En esta edición, los principales referentes de la comunicación política de México, Colombia, Brasil, Perú, España y la Argentina analizarán el impacto del nuevo contexto político en las estrategias de comunicación que se implementan en las campañas electorales, y en las gestiones gubernamentales de Hispanoamérica.
¿Por qué en Buenos Aires? Tal como comenta Mario Riorda, experto en la materia, “la región sur de América Latina es una de las grandes productoras de contenidos sobre comunicación política, desde la academia y desde la consultoría. ALICE necesitaba continuar el proceso de consolidación y profesionalización del área en plena integración con las instituciones del sector”.
La representación política ha mutado. Los partidos políticos representan menos de lo que representaban. Los gobiernos son una parte del poder, pero ya no la concentración de todo el poder. La promesa electoral ya no es una condición para ganar elecciones. La rendición de cuentas se ha transformado y la ciudadanía no espera a las elecciones para manifestar su apoyo o su descontento con su voto.
Nuevas formas de acciones políticas se presentan, la calle no pierde su vigencia, pero las redes han expandido la visibilidad de esas acciones. Los gobernantes -ellos más que las instituciones en una política híper-personalizada- se ven expuestos a una presión en formato 24/7. Las demandas ciudadanas estructurales cambian de orden o prioridad en la opinión pública, pero siguen siendo las mismas que hace décadas, a las que se agregan los avances de nuevas concientizaciones sociales y el menor nivel de tolerancia a ciertas prácticas.
Para la articulación de un nuevo vínculo entre la política y la ciudadanía, aparece la “escucha”. Los candidatos se ofrecen como campeones de la “escucha”. Se ubican y se autodefinen como pueblo o como defensores del pueblo porque escuchan lo que la gente dice.
“La escucha viene a legitimar la toma de decisiones y sus acciones. Legitima las campañas y aparecen prácticas que intentan generar conversaciones y tornarlas participativas. Los votantes siempre quieren ser escuchados”, afirma Riorda.
Mientras, actores sociales organizados reclaman un gobierno abierto. Grupos clásicos de presión reclaman ser escuchados en sus intereses. Se organizan articulaciones de colectivos sociales y movimientos con la voz suficiente para romper la invisibilidad temática.
Cada día aumenta a niveles exponenciales el flujo conversacional en las redes, y aumenta con ella la analítica de redes. Aumentan las opciones metodológicas para entender a la opinión pública, y con ello crecen las prácticas de comunicación directa para que la sensación de haber escuchado tenga, como respuesta desde la política, mayor inmediatez y menos intermediaciones.
Los medios convencionales quedan en el medio de esta tensión. Algunos promoviendo, crítica y expansivamente, las demandas que no son escuchadas. Otros propalando, con afinidad a algunos actores políticos, las respuestas obtenidas desde esa escucha. Son parte también de la tensión, ya no como objeto, sino también como sujetos de la política.
Tanto diálogo social, tanto micro-debate agobia la política. Justo en un momento en donde la capacidad de respuesta de la política también agobia a la ciudadanía por la falta de efectividad. Todos piden ser escuchados. La política, los medios y la ciudadanía pujan, en todo momento, por ser los más escuchados. Es la puja por la agenda, pero por la agenda de la representación y de la popularidad.
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