marta

Ponencia presentada en la Semana de Investigación Interdisciplinar “Del yo a la persona”, en la Universidad Austral, Campus de Pilar (Buenos Aires, Argentina), el 9 de agosto de 2018.

Marta Bertolaso
Università Campus Bio-Medico

 

Si bien la historia humana puede entenderse como un proceso de negociación con los límites naturales, cabe preguntarse: ¿hasta qué punto tal modificación es posible dentro de los límites de los confines de la biología? ¿Qué costos traería aparejados esta modificación? ¿Qué relación tiene la corporeidad con la identidad de una persona? ¿Cuál es la relación entre la precariedad e irrepetibilidad que implica la condición corpórea con el carácter significativo de una existencia?

El objetivo de esta contribución es introducir algunas categorías y reflexiones prestando particular atención a la pretensión transhumanista a superar los límites biológicos para una mejor realización del hombre. En primer lugar, se ofrece una breve introducción apoyada en la definición de Viola de incompletezza de la naturaleza humana y en alguna definición de robustez de los sistemas biológicos que encontramos en la literatura científica. Se discute luego algunas consecuencias en la evaluación científica, antropológica y ética para recientes aplicaciones de la tecnología a la biomedicina en las que una perspectiva transhumanista se apoyaría también. Finalmente, se refiere la necesidad de una visión integrada para dar cuenta tanto de la cuestión antropológica que subyace a la visión transhumansta como de la ciencia que hace falta continuar desarrollando.

Como el análisis de la robustez que ofrezco muestra, la imagen de hombre que de hecho se ofrece o bien sigue un paradigma evolucionista (donde no cabe la libertad) o bien sustituye la referencia al viviente con la de las máquinas. La cuestión transhumanista me parece por lo tanto siempre mal planteada y volveré entonces sobre la introducción misma a nuestra sesión para replantear la cuestión en términos distintos y quizás más útiles tanto para el desarrollo de la tecnología como de la cultura y ética humana.

La connotación más positiva de la pretensión transhumanista, que postula la licitud y la deseabilidad de aplicar las nuevas tecnologías GRIN (genética, robótica, inteligencia artificial y nanotecnología) a la modificación radical de la biología humana, a fin de mejorar las capacidades naturales (físicas, psicológicas, intelectuales y morales) y transponer límites de siempre (como la enfermedad, el envejecimiento y la muerte) se encuentra en el deseo de explotar lo que llamaremos siguiendo a Viola (2010) la incompletezza (imperfección) de la naturaleza humana, es decir la intrínseca apertura del hombre en sus distintas dimensiones (biológica, antropológica, social y cultural) a una estructuración cada vez mayor y a una configuración histórico-personal de diferente factores (contingentes también) en una identidad biográfica.

Me concentraré en la segunda parte de la definición, cuyo énfasis está en la dimensión procesual de la estructuración de una identidad biográfica. La perspectiva que utilizaremos para acercarnos a la complejidad y a la imperfección (incompletezza) de la naturaleza humana es la de procesos integrados. Las definiciones propuestas en las ultimas décadas en la literatura científica y filosófica sobre este aspecto de los sistemas biológicos muestran claramente lo insuficiente e inadecuado de las definiciones apoyadas en el paradigma de la ingeniería que mide la robustez en términos de resistencia a perturbaciones. Hace falta mirar al sistema en su conjunto, a su capacidad de adaptarse incluyendo o excluyendo factores que pueden alterar su actividad integrada e integradora. Es decir, que los sistemas biológicos ‘absorben’ o ‘excluyen’ según una semántica específica que se apoya en su estructuración genética, epigenética y ambiental.

Estas tres dimensiones nos permiten entonces abrir la reflexión sobre la segunda parte, pues todo sistema orgánico muestra una intrínseca dependencia de estas tres dimensiones según una dinámica específica. Es decir, hay una dependencia no solo funcional, sino también ontológica de la identidad y estabilidad funcional de una parte del todo (Bertolaso 2016). A la vez el todo queda representado en la parte, como la biología del cáncer nos enseña también. Hoy podemos decir que esas dinámicas causales son dinámicas de dependencia. Esto ayuda a superar la dicotomía entre límites y necesidad de los mismos para la estructuración del viviente. Es decir, me parece que tenemos categorías ‘positivas’, no ‘negativas’, que definen también los modos –que son múltiples– de interacción específica para el bienestar del viviente.

Las dinámicas de integración e inter-relación entre distintos niveles de la organización orgánica, hacen pensar entonces que el límite es una de las caracterizaciones de la identidad. Por un lado, entonces, la real vertiente de la ‘superación de los límites’ se configura por lo tanto como una ‘progresiva integración’. Por otro lado, si la narración de la ‘superación de los límites’ no se hace teniendo en cuenta esos términos, ya no sabemos de qué estamos hablando, hemos perdido el objeto del debate y un diálogo con el mundo transhumanista quedaría solo en un plano de hipótesis y utopías.

Tanto es así que todos los intentos actuales de introducir tecnología (modelos virtuales o simulaciones de comportamientos biológicos) no pueden prescindir de una reflexión y evaluación de las condiciones de predicción y reproducibilidad de los datos. Un ejemplo viene de la computadora Watson utilizada en Estados Unidos para ayudar en el proceso de diagnosis e intervención de los médicos en muchos hospitales. Este instrumento ha mostrado sus límites apenas se trasladó a otro país y población, recordando que la complejidad biológica no es el problema sino la respuesta misma a la capacidad de adaptación de los seres vivos y que esto tiene su importancia cuando introducimos cuestiones culturales también.

Un diálogo o debate entre ciencia contemporánea y trashumanismo tendría que apoyarse entonces de manera más constructiva no tanto en los límites de la ciencia y la posibilidad de superarlos, sino en las condiciones de posibilidad de la misma (Bertolaso 2016). Si esto se da, tendremos accesos a categorías útiles para argumentar a favor de las condiciones de sustentabilidad de un proceso transhumanista también.

Esto nos lleva a algunas conclusiones en el plano epistémico que son relevantes: el proceso de conocimiento de las ciencias bio-médicas no puede prescindir de una reflexión sistemática que incluya las indeterminaciones y la complexidad biológica de todo ser vivo. En la elaboración de modelos explicativos y predictivos, es de la pregunta científica que llega de la capacidad del hombre de problematizar las cosas que sale la integración de la información. El conocimiento no aumenta por yuxtaposiciones, sino por integración en distintos niveles y nombres’ nuevos’ de las cosas que surgen de este proceso.

Esto nos lleva lejos de un paradigma típico del ‘datismo’ contemporáneo (los datos nos dirán más y más sobre el hombre, su salud y felicidad. Además, distinguiendo entre las cuestiones de una normatividad intrínseca del viviente y las evaluaciones éticas del hombre que –por analogía– reflejan las primeras, las características de la primera cuestionan la fundamentación y la fiabilidad científica de la pretensión transhumanista. La segunda, en cambio, cuestiona si la ideología transhumanista ‘vale la pena’ de ser perseguida. Entre un relativismo sofista y un dogmatismo platónico, queda entonces la phronesis aristotélica que no es una técnica de acción ni una ciencia de lo bueno, sino el estado/capacidad verdadero y razonado para actuar con respecto a las cosas que son buenas o malas para el hombre.

Volviendo al comienzo, podríamos decir que no es tanto la negociacion con los límites de la naturaleza humana lo que asegura el progreso y realizacion del hombre sino la acogida de los mismos como fuente de estructuracion que en el nivel antropológico toma la forma de la libertad escogida y vivida en su incertedumbre y contingencia. Mejor una libertad incierta que una esclavitud cierta. Esto nos llevará, quizás, a vivir de manera distinta y mejor el presente en su valor histórico, biográfico y antropológico, como otras reflexiones nos ayudarán a profundizar.

 

Bibliografia

Bertolaso M. y MacLeod M (Eds) (2016). “In Silico Modeling: the Human Factor”, HUMANA.MENTE Journal of Philosophical Studies.

Bertolaso M. (2016). Philosophy of Cancer – A Dynamic and Relational View. Springer Series in “History, Philosophy & Theory of the Life Sciences”.

Bertolaso M, Cerezo M (2017). “Robustez Biológica”. En Diccionario Interdisciplinar Austral, Claudia E. Vanney, Ignacio Silva y Juan F. Franck. (Eds), pp. 1-31.

Bertolaso M, (2011). “Le Human Enhancement Technologies e l’Irriducibilità della Complessità Biologica”, en Migliorare l’uomo? La sfida etica dell’enhancement. S. Kampowski – D. Moltisanti (eds.) Cantagalli, Siena, pp. 35-58.

Bertolaso, M. (2018). “Be-Com-Ing: Cuestiones emergentes en el estudio de la unidad dinámica del organismo”, en Velázquez, H., Contreras, L., Mendoza, F. (eds.), La unidad del viviente desde un enfoque interdisciplinario: del origen de la vida a la generación de hábitos. Una aproximación desde la filosofía y las ciencias biológicas. Comares, Granada.

Bertolaso M, Dupré J (2018). A processual perspective on cancer, in Everything Flows: Towards a Processual Philosophy of Biology (Eds. J. Dupré and D. Nicholson), OUP.

Viola, F. (2010). “Umano e post-umano: la questione dell’identità”. En Russo, F. (ed.). Natura cultura libertà. Roma: Armando, pp. 89-98.

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Marta Bertolaso es Profesora Asociada de Filosofía de la Ciencia en la Facultad de Ingeniería y en el Instituto de Filosofía de la Práctica Científica y Tecnológica del Campus Universitario Bio-Médico de Roma. Sus proyectos de investigación lidian con nuevos retos epistemológicos y filosóficos en los campos del desarrollo biológico y sistémico (con especial énfasis en el cáncer), el avance científico, la medicina silica, los procesos de modelización y validación. Ha sido profesora de filosofía de la ciencia y de bioética en diferentes universidades de Italia, Munich y St. Louis (EE.UU.). Entre sus últimas publicaciones figuran Philosophy of Cancer – A Dynamic and Relational View. Springer Series en “History, Philosophy & Theory of the Life Sciences”, 2016, y The Future of Scientific Practice: ‘Bio-Techno-Logos’, Pickering & Chatto Publishers, Londres, 2015. Actualmente está trabajando también para una nueva Series de la Editorial Springer, cuyo titulo es “Human Perspectives in Bio-Medicine and Technology”.